sábado, 6 de agosto de 2011

Mejores días vendrán.

Mi Cristo, jamás podré agradecerte del todo la manera tan especial en la que me has guardado, afortunadamente  hoy, no me imagino nada que no esté en tus planes para mi vida. Quiero lo mejor de mi, para ti, lo mejor de mis días, el mejor tiempo de calidad, las mejores horas y sobre todo los mejores actos.
Quiero que cada hierba mala que arranque del cultivo de mi vida se vaya para siempre, yo se que has depositado en mi tu confianza al darme vida eterna, se que aunque hubiese nacido en otro continente al igual que algún día lo hiciste en mi país, me hubieses brindado la oportunidad de conocer de tu palabra y elegirte a ti como el dueño completo y absoluto de mi amor, como aquel que en lo sublime me ve con ternura y disposición de guiar mis pasos.
Libra mi pie de caer en aquello de lo que ya me has librado, se que depende más de mi que de ti, se que tu intención es verme feliz el resto de mi vida terrenal, pero  yo me quiero esforzar para demostrarte que me importas, que me importan tus promesas que me importa mi relación contigo, que me importa dibujar sonrisas en ti.
No hay nada que se compare a ti en mi vida, absolutamente nada! Quiero que tu espíritu vaya mostrándome cosas que debo cambiar de mi, y aunque he tratado de hacer caso omiso es un latir profundo, intenso, que se apodera de mi ser, todo aquello que me impida ese fluir lo voy a ir aislando poco a poco.
Declaro victoria sobre esta lucha en el nombre de Jesús.
Amén.

Un clamor Sincero...

Hoy quiero hablarte de todo lo que hay en mi, hoy quiero como antes dedicarte lo mejor de mi tiempo y de mis palabras. Anhelo comprometerme contigo.
Debo reconocer que perdí la cuenta de los días que pase siendo solo una veleta sin rumbo fijo, iba de aquí a allá sin esperar llegar a ninguna parte, y aunque en mi debilidad resguardaba la pequeña esperanza de que me rescataras, no era algo en lo que creía del todo.
Mi pasado hace mucho peso en el equipaje que debo llevar a diario. Sin embargo, hoy quiero entregarte mi presente, porque lo que más anhelo es trabajar en mi futuro.

Tengo mucha confianza en tus designios, y no me preguntaré más acerca de situaciones vividas en el pasado. Si hay algo cierto es que todo lo que permites que pase es valioso, pero no más significativo que aquello que esta por venir.

Ayúdame a cada día poder sustentar mi vida en esta verdad, que mis condiciones humanas sean una herramienta que me ayude a dar lo mejor de mi para agradarte, y no un obstaculo que limite tu obrar en mi vida.

Gracias porque siempre escuchas el clamor de mi sincero corazón.

Amen.